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miércoles, 18 de agosto de 2010

EN EL BAÑO

Aquella tarde era la mas calurosa de todo el verano, la blusa que traia no ayudaba en mucho pues era
de esas telas que te abochornan demasiado, la elegi por el gran escote que tiene ya que, logro que
se distingan perfecto mis senos. La falda de corte desigual era fresca y pequeña, perfecta para
cuando vas a tener un poco de accion sexual y no hay tiempo de quitarse toda la ropa... pero quien
me diria que contigo iba a tener uno de esos deliciosos encuentros.
Habias entrado a trabajar no hace mas de dos meses a la oficina y te destecabas por tus bellos ojos
verdes y tu sonrisa de galan que a todas conquista, para ser sincera, ya me habia hartado esa imagen
de hombres bellos y espectaculares, es por eso que al principio me mostraba fria e indiferente...
quizas eso fue lo que te atrajo a mi.
Todas las demas morian por una de tus miradas y se derretian cuando les sonreias o eras amable con
ellas, los murmullos en los pasillos no dejaban de circular pues eras el centro de atencion de
todas, hasta de la que se habia declarado gay el año pasado, jajaja... Lo que mas impactaba de ti
aparte de tu rostro, era aquel trasero redondo y grande que sabias portar, todas sin ecepcion
querian tocarlo y enterrarte sus uñas, ilusas.
Yo no habia notado tus esfuerzos por acercarte a mi y que me deslumbraras con lo blanco de tus
dientes, o que mirara con deseo y admiracion tu trasero o tu... muy bien dotada delantera. Entraste
a mi oficina y traias los expedientes que necesitaba, note que mirabas mi escote y pasabas tu lengua
por tus labios, no puedo negarlo... eso me exito, me puse nerviosa y lo notaste enseguida y sabias
que era una oportunidad que no deberias desaprovechar. Charlamos de cosas triviales pero con un
sutil coqueteo en frases trilladas pero no por eso dejaban de ser un juego delicioso.
Saliste de la oficina y por primera vez mire con descaro tu trasero, vaya que era lindo y muy
apetecible. Me dirigi por un pasillo al baño y al entrar mi sopresa era que estabas ahi
esperandome, no me diste tiempo a decir nada, me tomaste del cuello y la cintura acercandome a ti
para que notara tu ereccion, nos besamos freneticamente y con desesperacion, me subiste al lavabo...
solo hiciste la tanga a un lado y senti como me penetrabas, el encuentro fue de lo mas lucido,
salvaje y encantador que he tenido.
Jadeabas, me besabas, yo sentia tu vaiven en un frenesi de locura hasta que llego el orgasmo que nos
hizo vibrar aun mas. Jamas me habia sentido como en tus brazos.
Despues de ese dia volvimos a nuestra actitud de antes, yo indiferente y tu un don Juan, pero cada
semana tenemos nuestro encuentro ocasional en el baño...